La reina de la parrilla, es exquisita al servirla caliente, de color blanco y gran brillo, de importante presencia a manteca fundida en su aroma y gusto. Todos sus sabores persisten en la boca, con una liviandad no habitual para las provoletas tradicionales. Es la que preside el momento.
Sin dudas, la recomendación es la parrilla, como entrada de los asados con la familia y amigos. Lo ideal es poner una plancha a calentar al fuego y cuando está bien caliente colocar la provoleta para sellar una cara y luego la otra. Aceite de oliva y orégano.
Cervezas rubias, a base de cebada o trigo, son definitivamente excelentes compañeras de estos quesos, por su frescor y liviandad. Acompañan muy bien con la textura cremosa y picante o especiada de la provoleta de cabra. La variedad blanca Sauvignon Blanc tradicionalmente marida con las recetas clásicas de quesos de cabra.
Período apto de consumo: 90 días desde su fecha de elaboración.
Presentaciones: cilindro de 1 kg o unidades de aprox 150 grs
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